Desde mi perspectiva para empezar hay que tomar conciencia de
nuestra invalidez para afrontar un tema tan grave y dramático como este de la exclusión,
que afecta de diferentes formas, al menos, a la mitad de la población.
La exclusión hoy es un
fenómeno social y una cuestión política, económicamente mala, socialmente
corrosiva y políticamente explosiva. Excluido es quedar fuera de una persona,
un colectivo, un sector, un territorio, está excluido si no pertenece a no se
beneficia de un sistema o espacio social, político, cultural, económico, al no
tener acceso al objeto propio que lo constituye: relaciones, participación en
las decisiones, en la creación de bienes y servicios por la cultura y la
economía etc…
Hablar de exclusión social es expresar y dejar constancia de
que el tema no es tanto la pobreza y las desigualdades en la pirámide social
sino, en qué medida se tiene o no un lugar en la Sociedad, marcar la distancia
entre los que participan en su dinámica y se benefician de ella, y los que son
excluidos e ignorados fruto de la misma dinámica social.
Se contempla la exclusión como manifestación, expresión y
resultado de una determinada estructura social.
Además la estructura y organización social de nuestro mundo
ha generado una dinámica de exclusión que afecta a todos los ámbitos y escalas:
trabajo – paro, mujer - hombre, ciudad
- tiempo, etc. Como opuestos, hace
patente a nuestros ojos, múltiples manifestaciones del fenómeno exclusión.
Vivimos en un mundo, en una sociedad que excluye. Cuatro de cada cinco seres
humano están excluidos.
La exclusión a la que nos referimos es fruto del Sistema.
Tradicionalmente se ha identificado con la pobreza severa y crónica, pero
reducida al ámbito económico. Hoy este concepto se amplia, nuestra sociedad
toma conciencia de sí misma y de sus disfunciones. El problema no reside tan
sólo en las disparidades entre los más favorecidos y los más desfavorecidos de
la escala social, sino también en las
que existen entre quienes tienen un lugar en la sociedad y los que están
excluidos de ella.
También por exclusión social se
entiende la falta de participación de la población en la vida social, económica
y cultural de sus respectivas sociedades debido a la carencia de derechos, recursos
y capacidades básicas (acceso al mercado
laboral, a la educación, a las tecnologías de la información, a los sistemas de
salud y protección social, a la seguridad ciudadana) que hacen posible una
participación social plena. La exclusión social es un concepto clave en el
contexto de la Unión Europea para abordar las situaciones de pobreza, vulnerabilidad, pobreza y marginación de partes de su población. El concepto también se ha difundido, aunque
más limitadamente, fuera de Europa.
Hay personas que se han visto descolgadas tanto de sus redes
naturales como de los mecanismos de protección general y se ven cada vez más
desprovistas y vulnerables.
Creo que es realmente preocupante
hablar de exclusión social en nuestra sociedad. La exclusión social ha dado
lugar a una mala situación en nuestra sociedad que refleja la pobreza de muchos
países, dicha exclusión afecta a muchos
ciudadanos. Estamos ante una situación bastante grave ya que no todo el mundo
posee una igualdad de oportunidades. Está aumentando el número de familias en
situación de pobreza. Sin recursos para poder vivir, con todo esto podemos observar
que este modelo de bienestar ha sido erróneo.
Por último quiero señalar los
impactos de la exclusión, es decir son muy profundos y destructores
desembocando fácilmente en múltiples situaciones de riesgo: desestructuración
personal y familiar, falta sentido de la vida, fracaso escolar, huida de la
escuela, familia, entorno, alcoholismo, drogadicción, racismo, xenofobia, desempleo,
enfermedades mentales, discapacitados, abandono...
Desde mi perspectiva, la exclusión
está yendo más allá de la pobreza y marginación.